Hemos hablado varias veces de la importancia del acercamiento de los niños a la literatura, y a la lectura, pero la escucha de los libros es también muy importante, en mi opinión diría que esencial en los niños de infantil.
“Debemos
tener muy en cuenta, que nosotros somos los juglares de los libros, la voz que
éstos utilizan para llegar a los niños que aún no saben leer.”
Existen
tres formas de transmisión literaria, el cuentacuentos, la narración con libro
y la lectura.
Las
tres tienen algo en común. El cuentacuentos y la narración con libro son
técnicas parecidas, ya que en ninguna de las dos se lee, sino que se cuenta la
historia, y en la narración, además, se apoya en imágenes. En el cuentacuentos
la imaginación es algo esencial, y en la narración con libro no hace falta que
los niños se imaginen lo que van escuchando ya que lo ven a través de las
imágenes. Ambas técnicas deben conocer la historia de antemano para
transmitirla con sus palabras y para interactuar continuamente con los
receptores.
En
cuanto a la lectura también tiene como finalidad la comunicación como es el
caso de las otras dos técnicas anteriores. Hay que tener en cuenta aspectos
como la entonación, ritmo, volumen, expresividad, pausas, leer despacio y vocalizando,
estos aspectos debemos tenerlos en cuenta también en el cuentacuentos.
El
niño prelector se encuentra en un momento de descubrimiento, de investigación,
de ansia por aprender, por conocer.
“La
hora del cuento es, para ellos una hora mágica y los libros que los mayores
tienen en sus manos y les enseñan, un misterio.”
Por
eso elegí la técnica de la lectura, ya que me encanta el momento en el que los
niños tienen ansia por aprender, por saber el final de los cuentos que dejamos
a veces a medias cuando leemos un poco cada día para que se queden con la
intriga y vengan al día siguiente con más ganas aún de conocer cual será el
desenlace de la historia. Al igual que la hora del cuento para ellos es mágica,
debería serlo también para aquel que los cuente.
Yo
elegí el libro titulado “Mamá y yo” escrito por Alison Ritchie, ilustrado por
Alison Edgson, de la editorial Pearson (Alhambra).
La edad a la que dirigí mi actividad fue a niños de 4-5 años, ya
que es un libro sencillo, que niños de esa edad pueden llevar a cabo la escucha
de la lectura sin problema alguno.
Es un libro que habla de dos osos, madre e hijo van contando cosas que
van haciendo y cómo la madre ayuda siempre al hijo en todo, cuya conclusión
final del libro es que como una madre no hay nadie, que siempre la que uno
tiene es la mejor desde su punto de vista, por ello termina así : “Como ella no
hay otra igual. Yo, de mayor, quiero ser como mamá”. Considero que es un buen
libro para niños pequeños ya que a esa edad todos tenemos como punto de
referencia a nuestra madre/padre ya que todo lo que hacen ellos lo vemos como
algo increíble.
Si los niños disfrutan desde pequeños con la lectura, luego serán
ellos los que lean de mayores y enseñen que pocas cosas hay tan bonitas como
comprender la lectura de un buen libro.
“Un niño que lee será un adulto que piensa.”
Una vez que elegí la estrategia que quería utilizar para realizar
la actividad y decidir la edad a la que lo iba a dirigir, me leí el cuento un
par de veces aunque ya me lo había leído con anterioridad, ya que es un libro
que tengo desde hace unos cuantos años y siempre me ha encantado. Al terminar
de leérmelo pensé en cómo debía entonar para que los niños estuvieran atentos e
interesados en la escucha, algo esencial a la hora de utilizar esta técnica, ya
que si lees con una voz monótona y sin gracia e interés, los niños perderán el
hilo de la historia y no les interesará el cuento que les estás contando, por
ello es necesario que el lector tenga un interés previo y ganas de leer.
Al ser lectura levantaba de vez en cuando la cabeza para ver si
les estaba interesando la historia que les estaba contando, y al ver sus caras
de atención e interés me di cuenta de que sí, es algo que hice al contárselo a
los tres grupos y a mi parecer, a todos les estaba gustando el cuento que les
estaba leyendo.
Con el primer grupo es cierto que estaba más tranquila ya que eran
amigas y al ser así, siempre se tiene más confianza en uno mismo. Me ayudaron
con sus felicitaciones, me dijeron que la entonación era muy buena, que no me
había trabado y que les había gustado mucho el cuento. Sus críticas
constructivas también me sirvieron para intentar mejorar en el segundo grupo,
ya que me dijeron que debería leer un poco más despacio y que podía hacer
alguna pregunta entre página y página.
Con el segundo grupo estaba menos nerviosa, estaba bastante
tranquila después de la buena evaluación que me hicieron mis compañeras
previamente en el primer grupo, eso hace que vayas con más ganas al siguiente
grupo. Me dijeron que la entonación era la adecuada y que les había gustado
mucho el cuento.
Por último con el tercer grupo ya no estaba nada nerviosa, tenía
claro lo que tenía que hacer y me dijeron que les había gustado mucho, pero que
podía hacer más pausas en la lectura, no solamente entre página y página.
He podido sacar como conclusión para mi futura docencia que no se
me da tan mal como pensaba el leer cuentos en voz alta, que los nervios a veces
juegan malas pasadas, pero que de todo se aprende y que poco a poco y confiando
en uno mismo se pueden ir mejorando aquellos errores que vas cometiendo. En
cuanto a la narración de mis compañeras me gusto mucho, en especial la
narración del monstruo de los colores, ya que además de ser un libro que me
encanta para los niños, la interpretación que realizó mi compañera me encantó.
En cuanto al cuentacuentos, es una técnica que a mi me parece un poco
complicada, ya que tienes que memorizar, gesticular y poner énfasis e interés
para que los niños disfruten tanto como disfrutas tú y considero que las que lo
eligieron lo hicieron muy bien. He aprendido de ambas técnicas para un futuro
gracias a las compañeras que tuve el placer de escuchar.
En cuanto a mi autoevaluación, ha sido una actividad que realmente
me ha encantado, me he sentido a gusto en todo momento con todas y cada una de
las personas con las que lo he hecho, he disfrutado tanto de la lectura como
del disfrute de mis compañeras. Estoy satisfecha y contenta con la forma en que
leí, ya que la entonación es un punto clave para mantener la atención de los
receptores, y eso es algo que tuve muy en cuenta con los tres grupos.
Considero que es una buena forma de aprender de las críticas
constructivas de los compañeros, intentando aplicarlas para mejorar en un
futuro.