lunes, 25 de abril de 2016

LA HORA DEL CUENTO.



Hemos hablado varias veces de la importancia del acercamiento de los niños a la literatura, y a la lectura, pero la escucha de los libros es también muy importante, en mi opinión diría que esencial en los niños de  infantil.

“Debemos tener muy en cuenta, que nosotros somos los juglares de los libros, la voz que éstos utilizan para llegar a los niños que aún no saben leer.”
Existen tres formas de transmisión literaria, el cuentacuentos, la narración con libro y la lectura.
Las tres tienen algo en común. El cuentacuentos y la narración con libro son técnicas parecidas, ya que en ninguna de las dos se lee, sino que se cuenta la historia, y en la narración, además, se apoya en imágenes. En el cuentacuentos la imaginación es algo esencial, y en la narración con libro no hace falta que los niños se imaginen lo que van escuchando ya que lo ven a través de las imágenes. Ambas técnicas deben conocer la historia de antemano para transmitirla con sus palabras y para interactuar continuamente con los receptores.
En cuanto a la lectura también tiene como finalidad la comunicación como es el caso de las otras dos técnicas anteriores. Hay que tener en cuenta aspectos como la entonación, ritmo, volumen, expresividad, pausas, leer despacio y vocalizando, estos aspectos debemos tenerlos en cuenta también en el cuentacuentos. 
El niño prelector se encuentra en un momento de descubrimiento, de investigación, de ansia por aprender, por conocer.
“La hora del cuento es, para ellos una hora mágica y los libros que los mayores tienen en sus manos y les enseñan, un misterio.”
Por eso elegí la técnica de la lectura, ya que me encanta el momento en el que los niños tienen ansia por aprender, por saber el final de los cuentos que dejamos a veces a medias cuando leemos un poco cada día para que se queden con la intriga y vengan al día siguiente con más ganas aún de conocer cual será el desenlace de la historia. Al igual que la hora del cuento para ellos es mágica, debería serlo también para aquel que los cuente.
Yo elegí el libro titulado “Mamá y yo” escrito por Alison Ritchie, ilustrado por Alison Edgson, de la editorial Pearson (Alhambra).
La edad a la que dirigí mi actividad fue a niños de 4-5 años, ya que es un libro sencillo, que niños de esa edad pueden llevar a cabo la escucha de la lectura sin problema alguno.

Es un libro que habla de dos osos, madre e hijo van contando cosas que van haciendo y cómo la madre ayuda siempre al hijo en todo, cuya conclusión final del libro es que como una madre no hay nadie, que siempre la que uno tiene es la mejor desde su punto de vista, por ello termina así : “Como ella no hay otra igual. Yo, de mayor, quiero ser como mamá”. Considero que es un buen libro para niños pequeños ya que a esa edad todos tenemos como punto de referencia a nuestra madre/padre ya que todo lo que hacen ellos lo vemos como algo increíble.

Si los niños disfrutan desde pequeños con la lectura, luego serán ellos los que lean de mayores y enseñen que pocas cosas hay tan bonitas como comprender la lectura de un buen libro.

“Un niño que lee será un adulto que piensa.”

Una vez que elegí la estrategia que quería utilizar para realizar la actividad y decidir la edad a la que lo iba a dirigir, me leí el cuento un par de veces aunque ya me lo había leído con anterioridad, ya que es un libro que tengo desde hace unos cuantos años y siempre me ha encantado. Al terminar de leérmelo pensé en cómo debía entonar para que los niños estuvieran atentos e interesados en la escucha, algo esencial a la hora de utilizar esta técnica, ya que si lees con una voz monótona y sin gracia e interés, los niños perderán el hilo de la historia y no les interesará el cuento que les estás contando, por ello es necesario que el lector tenga un interés previo y ganas de leer.

Al ser lectura levantaba de vez en cuando la cabeza para ver si les estaba interesando la historia que les estaba contando, y al ver sus caras de atención e interés me di cuenta de que sí, es algo que hice al contárselo a los tres grupos y a mi parecer, a todos les estaba gustando el cuento que les estaba leyendo.

Con el primer grupo es cierto que estaba más tranquila ya que eran amigas y al ser así, siempre se tiene más confianza en uno mismo. Me ayudaron con sus felicitaciones, me dijeron que la entonación era muy buena, que no me había trabado y que les había gustado mucho el cuento. Sus críticas constructivas también me sirvieron para intentar mejorar en el segundo grupo, ya que me dijeron que debería leer un poco más despacio y que podía hacer alguna pregunta entre página y página.

Con el segundo grupo estaba menos nerviosa, estaba bastante tranquila después de la buena evaluación que me hicieron mis compañeras previamente en el primer grupo, eso hace que vayas con más ganas al siguiente grupo. Me dijeron que la entonación era la adecuada y que les había gustado mucho el cuento.

Por último con el tercer grupo ya no estaba nada nerviosa, tenía claro lo que tenía que hacer y me dijeron que les había gustado mucho, pero que podía hacer más pausas en la lectura, no solamente entre página y página.


He podido sacar como conclusión para mi futura docencia que no se me da tan mal como pensaba el leer cuentos en voz alta, que los nervios a veces juegan malas pasadas, pero que de todo se aprende y que poco a poco y confiando en uno mismo se pueden ir mejorando aquellos errores que vas cometiendo. En cuanto a la narración de mis compañeras me gusto mucho, en especial la narración del monstruo de los colores, ya que además de ser un libro que me encanta para los niños, la interpretación que realizó mi compañera me encantó. En cuanto al cuentacuentos, es una técnica que a mi me parece un poco complicada, ya que tienes que memorizar, gesticular y poner énfasis e interés para que los niños disfruten tanto como disfrutas tú y considero que las que lo eligieron lo hicieron muy bien. He aprendido de ambas técnicas para un futuro gracias a las compañeras que tuve el placer de escuchar.

En cuanto a mi autoevaluación, ha sido una actividad que realmente me ha encantado, me he sentido a gusto en todo momento con todas y cada una de las personas con las que lo he hecho, he disfrutado tanto de la lectura como del disfrute de mis compañeras. Estoy satisfecha y contenta con la forma en que leí, ya que la entonación es un punto clave para mantener la atención de los receptores, y eso es algo que tuve muy en cuenta con los tres grupos.

Considero que es una buena forma de aprender de las críticas constructivas de los compañeros, intentando aplicarlas para mejorar en un futuro.








lunes, 11 de abril de 2016

ADAPTACIÓN.

Érase una vez, hace mucho, mucho tiempo en Alemania, nació William, hijo menor de un matrimonio de agricultores de la zona llamados Konrad y Adeline. Era el cuarto hijo, tenía dos hermanos y una hermana.

Desde muy pequeño se dieron cuenta que William era más listo y generoso que todos sus hermanos. Esto hizo que los hermanos mayores le tuvieran envidia, exceptuando a Alice, que siempre le protegía de las bromas de sus hermanos.

Al ser una familia pobre, William tuvo que dejar de ir a al colegio para ayudar a sus hermanos y sus padres en el trabajo. Como consecuencia del trabajo diario, se convirtió en un joven fuerte y musculoso porque sus hermanos le obligaban a hacer el trabajo que más costaba.  Poco a poco iba creciendo y se llevaba cada vez peor con sus hermanos mayores.

No podían sobrevivir todos con ese trabajo por lo que los hermanos echaron a William de casa diciendo que era su culpa, a pesar de que Alice no estuviera de acuerdo. El pequeño se fue de casa en busca de trabajo. Pasaron los días y seguía sin encontrar trabajo, dormía en el bosque pasando frío ya que no tenía dinero ni para comprarse una manta.

Un día llegó la noche y vio a lo lejos una pequeña cabaña donde podría quedarse a dormir, avanzó y avanzó y la casa cada vez la veía mas lejos, el pequeño no entendía que estaba pasando pero no dejó de luchar durante toda la noche por llegar a ese lugar, quería saber que había ahí dentro para que cada vez que estuviese a punto de llegar, la casa se iba más y más lejos, hasta que de repente se le apareció una joven y le dijo:

-       Soy el hada del bosque, solo aparezco cada dos años y sé que estás buscando trabajo y que eres un chico valiente y con ganas de conseguir lo que te propones. Por eso te propongo un trato.

El joven, extrañado, contestó:

-       ¿Que trato?

A lo que el hada le dijo:

-       Debes cumplir cuatro cosas a lo largo de 2 años y a cambio de eso te dejaré que pidas tres deseos.

¿Qué cosas? Dijo el muchacho

-       Debes llevar esa piel de oso encima, no podrás dormir en un mismo sitio más de un día, no podrás ducharte, afeitarte ni cortarte el pelo y por el último sólo podrás contestar “si” o “no” a toda clase de preguntas que te hagan. Si en dos años vuelves a este mismo sitio y has cumplido todo lo que te he dicho, tus deseos se harán realidad. Contestó el hada. Si pierdes y no cumples el trato me quedaré todo lo que tienes en este momento y tendrás que vivir toda la vida con el aspecto con el que vengas dentro de dos años.

William, que no entendía muy bien lo que le estaba ocurriendo en ese momento, pensó durante unos minutos y por fin aceptó.

-       Acepto, dijo. Pero con la condición de que los deseos sean los que yo quiera y que al menos uno se vaya haciendo realidad según va pasando el tiempo para fiarme de ti.

El hada le dijo que le parecía un trato justo, que solo tenia que decirle que era lo que deseaba en ese momento.

El joven pensó y finalmente le dijo:

-       Quiero ser rico, quiero formar una bonita familia y por último quiero que a mis padres no les falte nada durante el resto de su vida.

El hada le dijo que el deseo que se iba a cumplir durante estos dos años sería el de ser rico, que cada vez que se metiera la mano en el bolsillo del pantalón sacaría monedas de oro, pero que si a los dos años llegaba y no había cumplido la promesa, todo el oro que había guardado desaparecería.

Una vez que William aceptó, el hada desapareció por arte de magia y se encontró en medio del bosque, pero tenía la cabaña cerca y pudo dormir ahí esa noche. El día siguiente empezó su aventura, lo primero que hizo fue guardar en un banco mucho dinero para el futuro, luego fue a comprarse un caballo con el que viajaría de sitio en sitio pidiendo ayuda para poder dormir en distintas casas.

Según iba pasando el tiempo, el pequeño William iba ayudando a todas las personas que podía porque era una persona muy generosa y le gustaba mucho ayudar. Los primeros meses no le costó mucho a pesar de que no pudiera ducharse y no podía decir más que un “si” o un “no” a todo lo que le preguntaban porque había hecho un trato. La gente se empezó a cansar de él porque pensaban que les estaba gastando una broma y empezaron a dejarle de lado, nadie quería hablar con él, y nadie le ayudaba.

William iba perdiendo su fuerza y cada día le costaba más que la gente le aceptase como era y con ese olor corporal que poco a poco iba aumentando. El primer año no le costó mucho ya que la gente al ver que tenía dinero se acercaba y le ayudaban en lo que pudieran para que a cambio William les diera dinero.

La piel de oso cada día le pesaba más, lo de dormir en un sitio diferente cada día le iba gustando cada vez menos, oler mal, parecer un monstruo por el pelo y no poder decir nada excepto que “si” o “no” le empezó a cansar. Entonces un día se dio cuenta de que aquella hada que se encontró en el bosque no le dijo que no pudiera escribir lo que el quisiera en un papel y así poder enseñárselo a la gente para que entendiera porqué no podía decir más cosas que un “si” o un “no”.

Pasaron los días y el pequeño William no encontraba trabajo tras tanto buscar, pero poco a poco se fue acostumbrando a una vida mejor que la que tenía, o al menos hacía el intento ya que le rechazaban socialmente por la falta de aseo. Sólo le faltaba encontrar a una mujer para casarse con ella y formar una familia, pero no encontraba a ninguna chica que le gustara de verdad, porque él desde el día que vio a aquella chica que se hacía llamar “el hada del bosque” no pudo dejar de pensar en ella ni un solo día.

Pasaron los días y tuvo que ir de nuevo a donde se encontró por primera vez con aquella hada que le había prometido tres cosas si el cumplía su parte del trato. De repente apareció “ el hada del bosque”  y le dijo:
-       Muy bien, has cumplido tu promesa, ahora tengo que darte lo que me habías pedido, pero la mujer para formar una familia deberás encontrarlo tu solo sin mi ayuda.

En ese momento William pensó que podría ser ella la mujer de su vida y de repente le dijo:

-       Si aceptas casarte conmigo no tendrás que concederme ninguno de los deseos que te pedí, solamente el de formar una familia.

Pero en el fondo, él tenía miedo y pensaba de que después de verle tan feo, peludo y maloliente no iba a querer casarse. Lo que él no sabía es que ella estaba bajo un hechizo.

El hada estaba esperando ese momento desde hacía dos años, ya que en realidad era una joven llamada Laura que había sido convertida en hada, y solo si un hombre le pedía matrimonio el hechizo se rompería y podría volver a ser la joven que era antes.

William y Laura se casaron y fueron felices.

Colorín colorado, este cuento se ha terminado.


ARGUMENTACIÓN.

Para hacer mi adaptación me he basado en los cuentos maravillosos o de hadas, que son relatos fantásticos en los cuales abundan tanto los personajes como objetos fabulosos. He considerado que en El hombre de la piel de oso se ven características del cuento maravilloso.

Según los estudios de la morfología del cuento de Vladímir Propp, el cuento maravilloso representa la vida infantil haciendo referencia a 31 funciones, las cuales no todas son narradas en dicha adaptación puesto que no todas salen en el cuento real escrito por los Hermanos Grimm. Al principio todos los personajes están en una misma casa hasta que un día uno de ellos debe abandonar e irse a otro lado superando una serie de pruebas, o viaje iniciático, hasta conseguir un objetivo final.

Al mismo tiempo que divierte al niño, el cuento de hadas le ayuda a comprenderse y alienta el desarrollo de su personalidad. Le brinda significados a diferentes niveles y enriquece la existencia del niño de tan distintas maneras, que no hay libro que pueda hacer justicia a la gran cantidad y diversidad de contribuciones que dichas historias prestan a la vida del niño.
Tanto los mitos como los cuentos de hadas responden a las eternas preguntas: ¿Cómo es el mundo en realidad? ¿Cómo tengo que vivir mi vida en él? ¿Cómo puedo ser realmente yo? Los cuentos dejan que el niño imagine como puede aplicar a sí mismo lo que la historia le revela sobra la vida y la naturaleza humana". Bruno Bettelheim, “Psicoanálisis de los cuentos de hadas.”

La adaptación la he basado en relación a la edad de los receptores, que sería para niños de 5-6 años, ya que desde los 4 a los 6 años los niños se encuentran en la “edad de los cuentos”.

El título lo he cambiado a “William con piel de oso maloliente y el hada del bosque”, pero en todo momento he mantenido la estructura y el carácter de El hombre de la piel de oso.

He puesto nombre a los personajes más importantes para que sea más fácil para los niños identificarles según vaya contando la historia. El protagonista es William, el hada del bosque es Laura, la hermana mayor que quería tanto a William es Alice y los padres Konrad y Adeline. Los protagonistas son agricultores y la criatura en lugar de ser un diablo, es un hada. He quitado el suicidio y todo lo del alma, ya que no considero que sea algo para contar en un cuento para niños pequeños.

Las pruebas por las que pasa el pequeño William las he cambiado, pero siguen siendo pruebas que hacen que el protagonista sea valiente y que le rechacen. Siendo el motivo de aceptar el pacto, ya no solo por la riqueza suya si no también por la de sus padres y por formar una familia.

Igual que en el cuento original, he incluido una fórmula de entrada “ Érase una vez…” y otra de salida “Colorín colorado este cuento se ha terminado” ya que es propio de los cientos folclóricos.

Espero que os guste mi adaptación.


WEBGRAFÍA Y BIBLIOGRAFÍA

- https://es.wikipedia.org/wiki/Cuento_folklórico
-http://tecnicacinematografica.blogspot.com.es/2009/08/vladimir-propp-y-la-morfologia-del.html
- Apuntes de literatura infantil
- Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Bruno Bettelheim