¿QUÉ PODEMOS HACER PARA QUE SEA BUENA LA RELACIÓN ENTRE LOS COMPAÑEROS?
Existen dos tipos de
comunicaciones pero en este caso nos centramos más en las comunicaciones
plurales, en especial en un diálogo de gran grupo.
Creo que un buen curso para
llevar a cabo un diálogo en gran grupo en relación al tema elegido podría ser 4º
de primaria, ya que al ser aún pequeños, y venir hace poco de la sección de
infantil, hay muchos conceptos que aún no comprenden del todo y que tienen que
reforzar, y que mejor momento que emprendiendo aún su camino hacia el
aprendizaje completo.
El tema elegido permite a los
estudiantes reflexionar sobre sus propias actuaciones, ya que la relación entre
los compañeros depende de todos y cada uno de ellos, por lo tanto pueden a su
vez aprender y buscar soluciones sobre aquello que no funciona en el aula. Con
ello permite aprovechar mejor las distintas capacidades, conocimientos y
experiencias que el alumnado puede aportar a las situaciones de
enseñanza-aprendizaje, disminuyendo el riesgo de que determinados alumnos
queden excluidos de las actividades.
El lenguaje es el medio de
expresión más extenso, ya que todas las expresiones humanas pueden encontrar su
traducción en el lenguaje, esto es un aspecto importante ya que hay niños con
más dificultades para exponer sus conocimientos de forma oral en frente de todo
el grupo, que podremos ver si participan
activamente según sus expresiones; pero no sin dejar de intentar que participen
de forma oral en la conversación. Por ello, a su vez, debemos hacerles ver que
es muy importante el uso de la lengua para que todos puedan comunicarse de
forma que todos les comprendan y puedan seguir el hilo de la conversación
establecida.
El niño se comunica desde muy
pequeño de formas diferentes, parten del llanto, la risa, etc, pero para que
haya una comunicación real tiene que darse una reciprocidad comunicativa, es
decir, que ambas personas hablen y se comuniquen de forma que entiendan lo que
están diciendo, es decir, que mantengan un diálogo.
El contexto en el que se realizará la actividad será en una sesión de
horario normal, dentro de la clase, formando un círculo grande para que sea más
fácil y fluida la conversación, pues si están colocados de otro modo, por
ejemplo mirando a la pizarra sentados en las mesas, no sería una buena forma de
comunicarse entre ellos, ya que atenderán mejor si ven la cara a sus compañeros
y con ello pretendo a su vez que respeten más el turno de palabra. Con esta
actividad, busco motivar y desarrollar al máximo la expresión oral a partir de
su propia experiencia.
Las normas de respeto y convivencia se recordarán antes de empezar la
actividad para que los niños recuerden de qué forma deben actuar y cuando. El respeto es algo mutuo, es decir, al igual
que los alumnos deben respetar a sus compañeros, los profesores deben aceptar
las virtudes y defectos de sus alumnos para que éstos reciban mensajes
positivos.
Las normas serán:
- ESCUCHAR a los demás y responder coherentemente en relación a lo que estamos hablando, es decir, atiendo cuando los demás hablan.
- RESPETAR el turno de palabra. Todos tenemos nuestro momento.
- Formar un clima de confianza para que todos se sientan cómodos.
- Repetir las preguntas en el caso de que alguno no se haya enterado para que todos puedan participar de forma activa.
- Respeto absoluto entre todos.
- La equivocación lleva al aprendizaje, es decir, equivocándonos aprendemos.
- Conocer los momentos en los que la participación resulta adecuada.
- Levanto la mano si quiero hablar.
El tema lo plantearé de forma que todos los alumnos presten la
atención que se necesita para este tipo de actividades, lo primero que haré
será explicar que vamos a hacer algo diferente, con eso ya tendré parte de la
atención de los alumnos, ya que el hecho de que sea algo nuevo les inquieta.
Primero pondremos la clase de tal forma que podamos escucharnos todos como he
explicado con anterioridad, y después nos pondremos “manos a la obra”. El hecho
de cambiar la distribución de la clase les llamará la atención, lo que ello
hará que estén atentos y pendientes de que es lo que van a tener que hacer.
A continuación les diré que se
trata de un diálogo donde todos tienen que participar de una forma u otra, pero
siempre sin sentirse presionados en ningún momento, ya que los temas que se van
a tratar en este tipo de actividades son aquellos que les interesan, sobre los
que pueden tener juicios propios y por
lo tanto conocimiento, o que de alguna forma les incumbe. Debemos prestar
especial atención a aquellos alumnos que no les gusta hablar en público, bien
sea por timidez o por alguna causa concreta, y a aquellos que hablan de más.
Les explicaré que el tema que he
elegido es algo que debe interesar a todos los alumnos pues forma parte de su
día a día en el centro escolar; ya que la relación entre compañeros es un
aspecto primordial para que haya buen ambiente y por lo tanto para no
encontrarnos casos que no deben darse. Hay que fomentar la buena relación entre
todos.
Por lo tanto una vez que estén
todos atentos y hayamos recordado las normas de respeto y convivencia, lanzaré
la pregunta y empezaremos a dialogar entre todos de forma ordenada,
favoreciendo el desarrollo de la competencia comunicativa, aunque bien es
verdad que “La mejor improvisación conlleva una profunda planificación.” (Santasusana, 2011)
Las preguntas de andamiaje deberán ser
preguntas breves que permitan respuestas largas:
- ¿Creéis que hay que mejorar algo?
- ¿Cómo mejoraríais la relación en el recreo?
- ¿Cómo mejoraríais la relación en el comedor?
- ¿Cómo mejoraríais la relación en el baño?
- ¿Cómo mejoraríais la relación en clase?
- ¿Habláis entre vosotros las cosas que podéis mejorar?
- ¿Qué aspectos positivos encontráis?
Estas preguntas las llevaré
preparadas pero las utilizaré únicamente en el caso de que la conversación entre
ellos termine en algún momento, para así poder fomentar un diálogo con mayor
duración y del cual aprendan cosas que puedan emplear en un futuro.
Mi mediación para lograr que
todas las preguntas se expriman al máximo, será, partiendo de la base de que
todos los estudiantes se deben escuchar entre sí, en el caso de que alguien
cambie de pregunta antes de tiempo, volver a encauzar la conversación partiendo
del hilo anterior, así lograremos agotar la idea que ha surgido antes de
introducir una nueva. Ya que todos deben participar y muchos tendrán opiniones
diferentes, por ello es muy importante la motivación para que todos aporten sus
puntos de vista respecto a las preguntas que se van haciendo.
Es imprescindible que
intervengamos como maestros lo menos posible para no coartar la expresividad de
nuestros alumnos, pero también debemos comprobar de vez en cuando que todo el
mundo sigue atendiendo al diálogo que se está manteniendo.
Hacer participar a aquel niño que no lo hace no es tarea fácil,
antes de nada debemos saber la razón por la cual no interactúa con los demás en
público, ya que no es lo mismo una timidez normal, sin causa justificada, que
aquel niño que no quiere porque anteriormente lo hizo y alguien se burló de él
o tiene malos recuerdos, ya que, por desgracia, es un motivo bastante común en
los centros educativos y más aún en estas edades.
La adquisición y desarrollo del
lenguaje oral, en este caso, se podría dar por una afección de las competencias
sociales o personales, pudiendo afectarle a las aptitudes del lenguaje oral, y
por ello no le gusta participar en los diálogos, pero siempre hay que tener en
cuenta que el desarrollo lingüístico sigue diferentes ritmos según los sujetos,
por ello debemos motivarle y hacerle ver que mediante la equivocación nace el
aprendizaje, y que ninguno de sus compañeros se va a burlar en el caso de que
se equivoque, ya que a todos les ocurre y no pasa absolutamente nada.
Lo primero que haré será favorecer
el intercambio comunicativo del niño tímido sin ponerle en evidencia, dándole
confianza, motivándole para que finalmente lo haga. Quizás no se logra la
primera vez, pero si poco a poco se ve motivado acabará participando de forma
activa. Hay que preguntarle cosas que nosotros, como maestros, sabemos
positivamente que conocen, para que les sea menos tenso el momento de tener que
seguir un diálogo. Ya que el niño tiene un buen lenguaje con el que poder
comunicarse a través de la lengua pero quizás no lo hace por miedo al “qué
pensarán”.
En cuanto al uso de las
diferentes funciones lingüísticas que hacen referencia al acto de comunicación,
podemos hacer un poco más de hincapié con dicho niño en la función conativa, ya
que lo que busco es obtener de él unas determinadas reacciones, que en este
caso es que participe en el diálogo oral. Si el tema del que se está hablando
le parece un tema interesante, quizás es más fácil que participe en el diálogo,
pudiéndole hacer alguna pregunta que posibiliten una respuesta corta por su
parte, porque por algo se empieza, para que poco a poco vaya cogiendo confianza
y se vaya lanzando a participar.
Nunca debemos agobiar al niño que
no quiere participar, hay que darle la confianza suficiente para que crea en él
y sepa que puede hablar en público sin sentirse evaluado constantemente, ya que
a algunos niños les pasa esto.
Hay que impedir la monopolización
de la clase por los niños habladores pidiendo a los demás que den su opinión, limitando las intervenciones del niño que
molesta continuamente, que no respeta las normas de comunicación y que
únicamente acepta su postura.
El hecho de que interrumpa
continuamente es síntoma de que algo no va bien (causa-consecuencia), y lo
primero que debe hacer un maestro es enterarse de cuál es el problema para
poder actuar en consecuencia.
En relación al uso de las
diferentes funciones lingüísticas, con respecto a este niño, haremos también
hincapié en la función conativa, pues sigo buscando unas determinadas
reacciones, que en este caso es que sepa respetar el turno de palabra y sepa
aceptar las posturas de los demás, es decir, que no piense que la única postura
válida es la suya. Hay que hacerle ver que no todos pensamos de la misma forma
pero que todos tenemos que ser respetados.
El problema de este niño es que
no sabe cuándo tiene que hablar y cuando no, por ello hay que enseñarle que hay
que respetar a los compañeros igual que le respetan a él cuándo tiene el turno
de palabra, es decir, la competencia comunicativa no está del todo desarrollada
en dicho niño.
Nunca hay que negarle la palabra
a un niño porque entonces así lo único que se consigue es que finalmente se
cohíba y eso es lo último que debemos hacer como maestros; todos tienen el
derecho de dar su opinión, pero hay que hacerle ver cuándo debe hacerlo y
cuándo no, y explicarle que el monólogo colectivo no es un buen camino. Para
ello podremos buscar diferentes estrategias, como por ejemplo emplear ejercicios
de respiración antes de hablar, para que así se dé cuenta de que no es su turno
y debe esperar a que le toque, levantar la mano si quiero hablar, etc.
Es imprescindible realizar
evaluaciones y autoevaluaciones tras cualquier intervención comunicativa oral
en las que, tanto los participantes como sus iguales y el adulto, valoren la experiencia
y aporten ideas para la mejora. Hay que ayudar a nuestros alumnos para que
aprendan a aprender.
“En la evaluación de la
competencia lingüística de los estudiantes hay que diferenciar claramente dos
tipos de evaluación:
Evaluación del aprovechamiento:
grado en que se han alcanzado objetivos específicos
- Nivel de conocimiento de lo que se ha enseñado (aspectos normativos)
- Nivel de utilización de las estrategias trabajadas
Evaluación del dominio:
competencia comunicativa real.” (Labajo, 2015-2016)
Podré evaluar la actividad y la
expresión y comprensión de los estudiantes a través de ellos mismos, es decir,
a través de la observación constante. Me fijaré en si hay una escucha activa;
en cómo es la participación, si lo hacen en los momentos adecuados o por el
contrario interrumpiendo constantemente; la coherencia de las aportaciones en
relación con lo que se está hablando; la postura del cuerpo y la expresión de
la cara; el silencio respetuoso y atento; el uso de las funciones lingüísticas;
la claridad en la explicación y en la argumentación; la vocalización, la
pronunciación, el uso correcto de la gramática, el volumen ; la secuenciación,
es decir, si sigue o no el orden lógico durante la exposición de sus
conocimientos; preguntando más cosas que tengan relación con el tema a tratar y
recibir información o no y obtener respuestas adecuadas y coherentes con lo que
se está hablando o por el contrario respuestas que no tengan nada que ver que
hará que me de cuenta de si el niño ha estado atento o no.
Las tablas de evaluación serán las siguientes:
Las tablas de evaluación serán las siguientes:
TABLA DE
EVALUACIÓN DE LA PROFESORA
|
||||||
NOMBRE
|
|
|
|
|
||
ESCUCHA ACTIVA
|
|
|
|
|
||
PARTICIPACIÓN
|
|
|
|
|
||
INTERRUPCIÓN
|
|
|
|
|
||
COHERENCIA
|
|
|
|
|
||
POSTURA Y EXPRESIÓN
|
|
|
|
|
||
USO FUNCIONES LINGÜÍSTICAS
|
|
|
|
|
||
CLARIDAD
|
|
|
|
|
||
VOCALIZACIÓN
|
|
|
|
|
||
PRONUNCIACIÓN
|
|
|
|
|
||
USO DE LA GRAMÁTICA
|
|
|
|
|
||
VOLUMEN
|
|
|
|
|
||
SECUENCIACIÓN
|
|
|
|
|
Es importante que los niños se autoevalúen y se pongan
retos de mejora, ya que cada vez se le da más importancia a hacerles partícipes
de su propio aprendizaje.
TABLA DE AUTOEVALUACIÓN
|
||||
NOMBRE
|
|
|||
Nunca
|
A veces
|
Siempre
|
||
ESCUCHO CUANDO LOS DEMÁS HABLAN
|
|
|
|
|
PARTICIPO
|
|
|
|
|
INTERRUMPO
|
|
|
|
|
HABLO COSAS CON SENTIDO
|
|
|
|
|
POSTURA Y EXPRESIÓN
|
|
|
|
|
USO FUNCIONES LINGÜÍSTICAS
|
|
|
|
|
HABLO CLARAMENTE
|
|
|
|
|
VOCALIZO BIEN
|
|
|
|
|
PRONUNCIO BIEN
|
|
|
|
|
USO DE LA GRAMÁTICA
|
|
|
|
|
VOLUMEN CORRECTO
|
|
|
|
|
ORDEN LÓGICO DE LOS CONOCIMIENTOS
|
|
|
|
Además añadiré una retroalimentación oral y pública
para cada niño, un punto débil para que puedan ir mejorándolo y un punto fuerte
para hacerle ver que hace las cosas de forma correcta también y por lo tanto,
felicitarle. Eso depende de cada niño, por ejemplo, si un niño tiene problemas
en el volumen pero la vocalización es correcta, podré hacerle ver que con lo bien
que vocaliza y lo bien que habla, nos gustaría a todos poder escucharle un poco
mejor.
Por último, para finalizar la actividad, preguntaré a
los niños que les ha parecido el desarrollo y la organización de la actividad,
si cambiarían algo, etc, para así poder autoevaluarme y mejorar de cara a la
próxima actividad.
BIBLIOGRAFÍA
La competencia lingüística en el marco de referencia europeo
– Irune Labajo
Seis criterios para enseñar lengua oral en la educación
obligatoria